Mis Queridos Hermanos y Hermanas: Durante estos meses de verano, todos estamos conscientes del calor y la humedad de Houston. He decidido que es momento para abordar otro tema candente que muchos preferirían que no tocara. Entiendo la necesidad de vestirse lo más fresco posible durante el verano, sin embargo, muchas personas parecen no estar conscientes de la necesidad de una vestimenta más moderada y elegante dentro del Sagrado Santuario de la Iglesia. Hoy me gustaría tratar este tema de la vestimenta apropiada para la Iglesia.
He escuchado a muchas personas quejarse de que hemos perdido el sentido de reverencia por la Santa Misa. Incluso muchos jóvenes hoy en día están buscando un Santuario más reverente y santo para alimentar sus almas hambrientas. El uso del latín no hace que la celebración de la Misa sea más reverente, sin embargo, las actitudes, gestos y la vestimenta sí ejemplifican un ambiente de reverencia o la falta de ella. Cada vez que nos vestimos de manera informal para la Misa, estamos comunicando una actitud muy informal hacia los Santos Misterios que hemos venido a celebrar. Muchas personas interpretan esta apariencia casual como una señal de que la Misa no es más importante que cualquier otro lugar que visitamos regularmente. He visto personas entrar a la Iglesia con la misma actitud y vestimenta que usarían para ir al supermercado, y no al Banquete Celestial. Es como si asistir a Misa fuera solo otra cosa que hacer el domingo, entre ir a Walmart y a Kroger, en lugar de entrar en la Santa Presencia de Dios y participar en el Santo Sacrificio de nuestra Salvación.
La frase "Vístete para el éxito" debería aplicarse tanto a quienes buscan la Santidad como a quienes buscan un mejor trabajo. En el ámbito profesional, la apariencia y vestimenta durante una entrevista de trabajo afirman algo muy importante. Nuestra vestimenta y apariencia dicen más de nosotros que nuestro currículum. Si tenemos en el armario ropa elegante y modesta reservada para banquetes especiales y reuniones formales, ¿por qué no la usamos para entrar al Santo Santuario de Dios para el Santo Sacrificio de la Misa? En el boletín del próximo domingo hablare de la necesidad de la modestia.
Si uno fuera invitado a visitar la Casa Blanca, al Papa León en el Vaticano o cualquier Basílica importante en Roma, existe un código de vestimenta requerido. Una invitación de nuestro Señor Jesucristo para acudir a Su Santo Santuario del Banquete Celestial debería hacernos considerar nuestra vestimenta con aún más cuidado. ¿Quién merece vernos dando lo mejor de nosotros más que Dios, quien nos da todo lo que tenemos? Cuando nos vestimos con nuestra mejor ropa para la Iglesia, enfatizamos mejor la magnificencia de Dios todopoderoso y de Su Santa Iglesia. Siempre que llevamos ropa modesta y elegante, resaltamos nuestra gran dignidad como hijos e hijas de Dios. Espero que hayan experimentado por ustedes mismos que, cuando su vestimenta los hace ver importantes, en realidad se sienten importantes. Cuando nos vestimos de forma profesional, también deberíamos actuar de forma más profesional. Como hijos de Dios, pongámonos la vestimenta que nos revela como los santos hijos de Dios que realmente somos.
Como cristianos católicos, estamos llamados a llevar una vida de santidad y a entrar en la presencia de Dios con un corazón puro. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: “La pureza exige el pudor, que es parte integrante de la templanza. El pudor preserva la intimidad de la persona. Consiste en negarse a exhibir lo que debe permanecer oculto” (CIC 2521). El Catecismo continúa diciendo: El pudor es decencia; inspira la elección de la vestimenta. Es discreto” (CIC 2522).
El temor de abordar el tema del pudor durante la Misa a menudo se alimenta de cosas que hemos escuchado repetidamente a lo largo de los años, como “no queremos que nadie se sienta juzgado o no bienvenido en nuestro espacio de adoración” o “si decimos algo sobre la vestimenta, puede que dejen de venir a Misa”. Si bien queremos que todos se sientan bienvenidos, también estamos llamados a dar ejemplo, fomentando la reverencia por medio de nuestras palabras, acciones y apariencia. La vestimenta inmodesta no se trata solo de comodidad, refleja influencias culturales que pueden distraer de lo sagrado.
La vestimenta inmodesta en la Misa no es un problema de comodidad, sino un Problema Espiritual. La Misa es un encuentro santo con Cristo. Nuestra forma de vestir debería reflejar reverencia, humildad y respeto hacia Dios, hacia nosotros mismos y hacia quienes nos rodean. La manera en que nos presentamos puede inspirar o distraer, convirtiéndose en una fuente de tentación en lugar de un medio para centrarnos en Cristo.
Llevar ropa ligera y apropiada te mantendrá igual de fresco que una camiseta sin mangas y pantalones cortos. Por eso, la excusa de que “hace demasiado calor para llevar otra cosa que no sean pantalones cortos a la iglesia” no queda. Ayudemos a todos a centrar nuestra atención enteramente en el Cuerpo de Cristo durante el Santo Sacrificio de la Misa, en lugar de atraer miradas hacia nuestros propios cuerpos con lo que llevamos puesto. La vestimenta modesta y apropiada anima a los demás a vernos por quienes somos, en lugar de resaltar nuestros cuerpos como objetos de deseo carnal.
Sinceramente en Cristo, P. Christopher Shackelford, Párroco